viernes, 26 de marzo de 2021

Acción de los adultos en la regulación del uso de redes sociales en niños y adolescentes

Los siguientes son ejemplos de intervenciones que los padres pueden realizar como protección para con sus hijos:

  1. Reducir tiempo de uso de redes sociales y de objetos tecnológicos a una o dos horas por día.
  2. Definir en familia espacios libres de aparatos electrónicos.
  3. Educar en mecanismos de autorregulación, ayudando a equilibrar las actividades online con las actividades offline.
  4. Hablar con el/la adolescente sobre el uso de Internet, mostrándole que se confía en sus criterios y en su “no ingenuidad” (al hablar con ellos evitar actitud desconfiada y controladora para llegar a un acuerdo de uso seguro).
  5. Trabajar en la comprensión de las consecuencias de lo que se hace y/o se dice en la web.
  6. Instruirse en el uso de Internet y redes sociales. Conocer la jerga que se utiliza en ellas.
  7. Recibir y pagar las cuentas de los celulares de los hijos (para tener la información de uso).
  8. Crear una lista de reglas (sitios a los que puede acceder, tiempos de uso, horarios, contenidos).
  9. Ubicar los computadores en lugares comunes (salas de estar) e instalar herramientas de filtros de contenido.
  10. Controlar el historial de las páginas visitadas en el computador (si se ha vaciado el fichero, probablemente es por alguna razón). Los adolescentes deben saber que el historial del computador será verificado frecuentemente.
  11. Durante la noche, desconectar Wi Fi y dejar los celulares fuera de la pieza.
  12. Si un adolescente tiene acceso a una página que no es aceptable, los padres no deben reaccionar en forma exagerada.
  13. Educar respecto de los riesgos asociados al uso de las redes sociales.
  14. Ser consistentes con las consecuencias de un mal uso de las redes sociales. Para transgresión de normas deben existir sanciones consistentes y aplicables.
  15. Estar alertas a cualquier variación significativa en el comportamiento físico, cognitivo, emocional y social del adolescente.


 Los padres o cuidadores responsables, están al pendiente de todas las actividades de los niños en cualquier ámbito, la atención y compresión del niño, puede hacer la diferencia en el bienestar general de los menores

Beneficios y riesgos del uso de las redes sociales en menores

 


El uso de redes sociales sí tiene beneficios para los menores. Se ha mostrado que Internet estimula un mayor número de regiones cerebrales, aumenta la memoria de trabajo, produce una mayor capacidad de aprendizaje perceptual y permite hacer frente a varios estímulos de manera simultánea.

Los nativos digitales tienen mejor habilidad para tomar decisiones rápidas. También genera beneficios en discapacitados auditivos.

Es necesario al comunicarse en forma virtual que los adolescentes logren releer lo que quieren transmitir y sean cuidadosos en los momentos de alta intensidad emocional, lo cual va ligado a su capacidad de reflexión, de control de impulsos y de postergación de la satisfacción inmediata de una necesidad. Es por esto que resulta fundamental la guía y la educación que puedan realizar los adultos significativos, tanto en la generación de filtros informáticos como en el desarrollo de la capacidad de autocontrol y autodirección en la red.

Pero esta participación, también puede tener riesgos: La interacción virtual con otros, pares o no, puede ser perjudicial para algunos adolescentes, ya que se pueden expresar desde el anonimato, con un distanciamiento afectivo importante, con bajo nivel de empatía, una utilización del “pensamiento hablado” y con una gran dificultad para evaluar lo que sus mensajes están generando en el otro. Todo ello tiene consecuencias negativas en la construcción de la identidad de los jóvenes, especialmente cuando la difusión de contenidos negativos o descalificadores se propaga muy rápido y alcanza niveles insospechados.

 A veces ocurre que algunos adolescentes tienen dificultades para diferenciar el contenido público del privado: No logran acceder a una conciencia que les permita evitar exponerse o verse expuestos a situaciones que, en lo inmediato, les pueden generar altos niveles de estrés y daños importantes en la visión de sí mismos, con serios riesgos para su salud mental.

El abuso de redes sociales ha mostrado una asociación con depresión, Síndrome de Déficit Atencional con Hiperactividad, insomnio, disminución de horas total de sueño, disminución del rendimiento académico, repitencia y abandono escolar. También ha sido asociado con un amplio rango de problemas psicosociales.

Recomendaciones para el buen uso de las redes sociales

 


Para muchos padres, el que sus hijos participen en las redes sociales es una preocupación permanente y que no siempre saben cómo abordar. Para ellos, se entrega algunas recomendaciones para que los menores puedan disfrutar las ventajas de WhatsApp, Facebook, Instagram y Twitter, de forma segura y responsable.

La edad mínima para acceder a este tipo de instancia debiera ser alrededor de los 14 años: Si existe la necesidad de acceder a una red social antes de esta edad, debe ser necesariamente a través del consentimiento paterno. Sin embargo, la edad media de inicio en la telefonía móvil, por ejemplo, es entre los 10 y los 12 años aproximadamente. En estos casos, lo adecuado es no contratar servicios de internet para dispositivos móviles y así limitar el acceso a ella sólo a través de los computadores de la casa y escuela.

Es importante estimular en niños y adolescente el valor que tiene la comunicación directa por encima de la comunicación mediada por objetos tecnológicos, y en lo posible postergar al máximo el acceso a redes sociales u otros. Hasta los 10 años resulta necesaria una supervisión directa y muy concreta por parte de la familia y/o cuidadores.

Sentarse con los hijos mientras ellos usan internet y no dejarlos nunca solos frente a la pantalla. Entre los 11 años y los 14 años los adolescentes tempranos tienen más experiencia en Internet, pero no se deben dejar sin supervisión y control cuando se conectan, para evitar que estén expuestos y vulnerables frente a material inadecuado.

A partir de los 15 años, los adolescentes medios y tardíos deben tener un acceso con menores restricciones. Pero los padres tienen que estar disponibles para ayudar a sus hijos a comprender mensajes inapropiados, a no exponerse y a tomar buenas decisiones.

En el caso de los jóvenes y adolescentes, necesitan sentirse partícipes de algo, de tener su propio sitio personal y de construir una red de amigos. Se buscan sentimientos de pertenencia y afiliación, información, identidad y valores, los que determinan la forma de relacionarse en las redes. Sin embargo, los adolescentes aún están en desarrollo, cognitiva y afectivamente, por tanto, son más vulnerables y están predispuestos a conductas de riesgo. Por lo mismo, es indispensable que un adulto esté constantemente supervisando la actividad que tienen en la red.

 

miércoles, 24 de marzo de 2021

¿Cómo afectan las redes sociales en las emociones de los adolescentes?

 


Las redes sociales han afectado tanto positiva como negativamente sobre las emociones de los adolescentes. En los últimos años, las redes sociales han cambiado el modo de comunicación. Actualmente, la comunicación es mucho más instantánea y eficaz que hace unos años. Esto provoca un refuerzo positivo más inmediato.

El mayor acceso a la gratificación aumenta el uso y, en consecuencia, disminuye las interacciones sociales. Según los últimos estudios, los adolescentes presentan más dificultades para identificar señales emocionales cara a cara. Lo que, a su vez, disminuye las interacciones físicas por las dificultades que éstas les provocan.

Por otro lado, y de manera positiva, ha crecido la participación de los jóvenes en temas sociales y políticos. Gracias a las redes sociales los jóvenes están más informados y reivindican más su posición en asuntos sociales y políticos a través de estos medios.

Finalmente, la aparición del fenómeno Instagrammer y Youtuber ha fomentado una nueva forma de expresión emocional. Los youtubers se desnudan emocionalmente delante de millones de personas. Este nuevo modelo premia la espontaneidad, lo natural, lo cercano y con ello, lo emocional. Estos “youtubers” han conseguido acabar con la diversidad, han facilitado que muchos jóvenes muestren sus emociones y que sean capaces más de empatizar.

martes, 23 de marzo de 2021

¿Una nueva forma de expresar emociones o de esconderlas?



 

Factores de emocionalidad en la Redes Sociales

 


Internet engloba diferentes entornos sociotécnicos que permiten que las emociones afloren en mayor o menor grado; por lo que la dimensión afectiva no se revela por igual en todas las interacciones y situaciones comunicativas que tienen lugar en la Red. Existen, por tanto, algunos «factores de emocionalidad» (Gómez-Cabranes, 2013: 219-223), tales como:

  • Las posibilidades expresivas de cada de uno de esos entornos (no es lo mismo si es un blog, un chat, una red social –y cuál de ellas, en concreto–, etc.).
  • Los temas y tópicos sobre los que gira la interacción.
  • El contexto y propósito de uso de las personas.
  • Su grado de anonimato o autorrevelación en las interacciones.
  • La inversión de tiempo o frecuencia con que los usuarios se conectan al ámbito digital.

Así pues, aunque el régimen emocional digital es principalmente un régimen de intensidades emocionales, éstas no se dan por igual en todos los usos y ambientes del entorno digital, sino que están condicionadas, entre otros, por los factores arriba mencionados.

viernes, 19 de marzo de 2021

Trastornos de la conducta alimenticia en niños

 



Los desórdenes alimenticios son cada vez más frecuentes a edades más tempranas, los padres, deben estar alerta y ser capaces de detectar signos sobre su posible aparición. Y es que, un trastorno alimenticio en niños viene acompañado de ciertos signos que nos alertan sobre lo que está ocurriendo.

Se culpa de una manera general a los medios de comunicación y a la presión social a la que están sometidos los niños y jóvenes de hoy en día para mantener un aspecto físico concreto de ser los responsables de ciertos trastornos alimenticios. Sin embargo, el problema es probablemente mucho más complejo de lo que parece, con factores biológicos, genéticos y medioambientales que, combinados en un momento concreto, desencadenan el desorden alimenticio, y el conjunto es algo muy difícil de controlar.

La anorexia y la bulimia son los trastornos alimenticios en niños y adolescentes más comunes. La anorexia se caracteriza por una obsesión por la delgadez que puede llevar no solo a no comer sino a hacer ejercicio hasta el límite de la extenuación. La bulimia, por el contrario, consiste en comer compulsivamente y haciendo grandes excesos, sobre todo dulces y comidas extremadamente calóricas, para luego forzar el vómito o utilizar laxantes. Ambos se pueden presentar aislados o en combinación, con temporadas de anorexia nerviosa alternadas con otras de bulimia.

 8 señales que alertan sobre un trastorno alimenticio en niños

  1. Pérdida de peso pronunciada y extraña. Obsesión extrema por el peso de otras personas, sobre todo por aquellas que tienen un peso normal, tratándolas de gordas, y rechazando la delgadez como un problema.
  2. Cambio de hábitos alimentarios, desinterés por la comida en general o por algunas en particular, como los carbohidratos o las grasas. La desaparición de grandes cantidades de comida de la nevera puede alertarnos sobre una posible bulimia.
  3. Evitan las horas de la comida, el sentarse a la mesa con el resto de la familia o simplemente el comer con otras personas. Si no hay nadie no tienen que disimular y pueden directamente no comer.
  4. Las visitas frecuentes al baño, sobre todo tras las comidas y el uso de chicles o colutorios bucales de forma indiscriminada pueden relacionarse con la bulimia.
  5. Cambio en la forma de vestir, utilizando ropas amplias para evitar enseñar la figura.
  6. Opiniones extremas sobre las calorías, el peso o un especial interés que no existía con anterioridad sobre las dietas o hacer dieta. Dureza desproporcionada al opinar sobre el aspecto propio, viendo exceso de peso donde no lo hay.
  7. Ejercicio en exceso, o un aumento del que se realizaba de forma habitual.
  8. En el caso de la bulimia es fácil detectar marcas en las manos, los dedos o los nudillos al utilizar la mano para provocarse el vómito. También, pueden observarse falsas quejas de estreñimiento, en un intento de justificar el uso de laxantes.

Lamentablemente, los niños que sufren trastornos de la alimentación se convierten en expertas a la hora de esconder los signos que pueden alertar a los que están a su alrededor, por lo que, como padres, debemos estar muy atentos, aunque nunca culparnos si no somos capaces de detectar las señales, y ante cualquier duda, intentar no perder la confianza de nuestro hijo, pero consultar rápidamente al especialista.

 

 

 

Feliz Día del Padre , 19 de Marzo

 


jueves, 18 de marzo de 2021

Consecuencias de los TCA

 


Tipos de Trastornos de la Conducta Alimenticia

 

Los tipos más frecuentes de trastorno de la conducta alimenticia son la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno por evitación/restricción de la ingesta (ARFID, por sus siglas en inglés).

La anorexia nerviosa.

Las personas con anorexia nerviosa:

  1. Comen muy poco a propósito Esto lleva a que tengan un peso corporal muy bajo.
  2.  Tienen pavor a ganar peso. No soportan la idea de estar gordas.
  3. Tienen una imagen corporal distorsionada. Se siguen viendo gordas a pesar de estar muy delgadas.

Las personas con anorexia nerviosa son muy estrictas sobre qué deben comer y en qué cantidad. Pueden estar pensando en las calorías constantemente. Para perder peso, muchas personas con anorexia nerviosa ayunan o hacen demasiado ejercicio. Otras pueden usar laxantes, diuréticos, o enemas.

La bulimia nerviosa.

 Las personas con bulimia nerviosa:

  1. Comen demasiado y sienten que pierden el control para dejar de comer. Esto se llama comer por atracón.
  2. Hacen cosas para compensar o corregir la conducta de comer en exceso. Pueden vomitar a propósito después de haber comido demasiado. Esto se conoce como purgarse. Para impedir la ganancia de peso pueden usar laxantes, diuréticos, pastillas para perder peso, el ayuno o hacer mucho ejercicio físico.
  3. Se juzgan a sí mismas basándose solo en su aspecto corporal y en su peso.

Las personas con bulimia nerviosa comen mucho más (durante un período determinado de tiempo) que lo que come la mayoría de la gente. Si una persona se da atracones y se purga con regularidad, esto puede ser un signo de que tiene bulimia nerviosa. A diferencia de la gente con anorexia nerviosa, que está muy baja de peso, las personas con bulimia nerviosa pueden estar delgadas, tener un peso corporal promedio o tener sobrepeso. Las personas con bulimia nerviosa suelen ocultar sus atracones y sus purgas.

Trastorno por atracón.

Las personas con un trastorno por atracón:

  1. Comen demasiado y sienten que pierden el control para dejar de comer. Esto se llama comer por atracón.
  2. Ingieren grandes cantidades de comida incluso cuando no tienen hambre
  3. Se pueden sentir mal o culpables después de haberse dado un atracón a menudo ganan peso, y pueden tener mucho sobrepeso

Muchas personas con trastorno por atracón comen más deprisa de lo normal. Pueden comer a solas para que los demás no se enteren de cuánto comen. A diferencia de la gente con bulimia nerviosa, las personas con trastorno por atracón no vomitan de forma voluntaria, no usan laxantes ni hacen ejercicio físico para compensar sus atracones. Si una persona se da un atracón por lo menos una vez a la semana durante tres meses seguidos, esto puede ser un signo de que padece un trastorno por atracón.

El trastorno por evitación/restricción de la ingesta.

Las personas con trastorno por evitación/restricción de la ingesta:

  1. No tienen interés por la comida o evitan la comida pierden peso o no ganan peso según lo que sería esperable
  2. No temen ganar peso
  3. No tienen una imagen corporal negativa o distorsionada de sí mismas

Las personas con este trastorno no comen porque les disgusta el olor, el sabor, la textura o el color de la comida. Pueden tener miedo de vomitar y/o atragantarse con un alimento y sufrir asfixia por aspiración. Pero no tienen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa u otro problema médico que podría explicar su comportamiento relacionado con la alimentación.

 

martes, 16 de marzo de 2021

Síntomas de trastorno alimenticio

 



En general, si bien los distintos TCA suelen presentar de forma común varios de los síntomas, tales como preocupación por el peso, figura y alimentación, éstos variarán en función del diagnóstico. En el caso de la Anorexia Nerviosa, los síntomas físicos y conductuales más evidentes serán: miedo a aumentar de peso a pesar de encontrase en claro bajo peso, preocupación continua por este tema y la figura, y restricción alimentaria, intercalada o no por períodos de sobre ingesta y/o vómitos. 

La Bulimia Nerviosa, presenta como característica principal, la presencia de atracones regulares (episodios de sobre ingesta voraz), con pérdida de control sobre esta conducta y posterior conducta compensatoria de vómito y/u otro tipo de conducta de purga. En el caso de Trastorno por Atracones, la característica principal será la presencia de atracones, de forma regular y periódica, sin presencia de conducta compensatoria posterior. Consecuentemente, la mayoría de estos pacientes se encontrarán en obesidad (85-90% de casos).

Los TCA suelen presentar comorbilidades, y presentarse de forma paralela, con otros trastornos mentales, tales como trastornos afectivos, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, trastornos del control de los impulsos y abuso de sustancias.


lunes, 15 de marzo de 2021

Trastornos de la Conducta Alimenticia

 

Los TCA o Trastornos de la Conducta Alimenticia, generalmente aparecen durante la adolescencia o adultez temprana, pero también se pueden dar durante la niñez o la adultez avanzada. 

Los TCA representan en la actualidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un problema de salud realmente importante para la humanidad, tanto por el número de personas afectadas que va en aumento, como por las muertes que ocasiona. Se trata de enfermedades que requieren un tratamiento largo, que pueden convertirse en enfermedades crónicas y llevar a la muerte.

 Los TCA son enfermedades reales y tratables. Con frecuencia coexisten con otras enfermedades como la depresión, el abuso de sustancias o los trastornos de ansiedad. Los TCA se enmarcan entre aquellos fenómenos sociales y culturales que transcienden más allá del campo médico y científico, a la sociedad. Estos trastornos se ven afectados por el ideal de belleza que propugnan los medios de comunicación de extrema delgadez, una idea de belleza representada por modelos, mujeres y hombres cuyas proporciones, peso y estatura son una auténtica excepción estadística.

Nos enfrentamos a ideales que muestran la delgadez como símbolo de independencia, éxito social, personal y profesional que solo pueden entenderse por la interacción de diversos factores psicológicos y fisiológicos que interactúan entre sí. 

Los factores socioculturales ocupan un papel etiológico esencial y tanto la insatisfacción corporal como el anhelo de delgadez son características necesarias para la aparición de un TCA.



viernes, 12 de marzo de 2021

Ilustración de los Mecanismos de Defensa en el CINE


 Pelicula: Fragmentado (2016)

Funciones de los Mecanismos de Defensa

 


Los mecanismos de defensa del sistema psíquico tienen la función de mantener el equilibrio psicológico y permiten a la persona seguir funcionando, minimizando las consecuencias de sucesos demasiado intensos emocionalmente.

La defensa psicológica comienza a actuar si se introducen elementos en el sistema psíquico, (como ideas o conceptos) que no podemos aceptar y que desequilibran su funcionamiento.

También surgen cuando nos encontramos en situaciones emocionales para las que no estamos preparados y no podemos, a veces inconscientemente, ni aceptar ni elaborar.

Situaciones como, por ejemplo:

Una pérdida o cambio brusco de valores. La adaptación a los nuevos valores supondría un gran periodo de adaptación o un esfuerzo emocional excesivo.

Una pérdida de aquello que durante muchos años hemos considerado verdadero y que no aceptamos cambiar.

Situaciones en las que hay que aceptar lo que antes era inaceptable. El plantearnos que estábamos equivocados en nuestras suposiciones o formas de actuar puede ser insoportable para el sistema psíquico.

Reconocer en nosotros mismos áreas que son sensibles o conflictivas y que no aceptamos de ninguna manera.

Situaciones en las que hay que afrontar algo a lo que no nos atrevemos, pero que no aceptamos que no nos atrevemos.

Perder un ser querido o la perdida de situación vital estable, es decir, una situación de duelo.

Un accidente que suponga replantear todos nuestros valores, es decir, un acontecimiento traumático que suponga un cambio total y radical en nuestra vida que no podemos aceptar a corto plazo.

En resumen, podemos decir que estos mecanismos, se configuran como una defensa del sistema psíquico contra todos aquellos estímulos externos o internos que vayan en contra de nuestra manera de pensar o que nos desestabilicen emocionalmente y que impliquen un esfuerzo de adaptación que no podemos hacer.

Los mecanismos de defensa son insanos

Pero los mecanismos de defensa no son sanos, pues no nos permiten adaptarnos de forma sana a la realidad, nos impiden una interpretación real de las situaciones y no nos dejan afrontarlas de manera sana.

Implican una rigidez en el procesamiento de la información, que no nos permite hacer un análisis objetivo de nuestras reacciones o de la realidad que nos rodea.

Nos hace ver los hechos que nos suceden o nuestras reacciones de una forma sesgada e inflexible, o simplemente a no verlas, a no “darnos cuenta”.

Por esto los mecanismos de defensa son insanos, nos distorsionan la realidad y no nos dejan ser conscientes de nuestras limitaciones y carencias, por lo que no nos permiten crecer como personas.

martes, 9 de marzo de 2021

Tipos de Mecanismos de Defensa

 

Se les suele clasificar como primarios o secundarios en función del momento de su aparición en el desarrollo del ser humano. Cuanto más primaria es una defensa, más pertenece a las primeras épocas de la vida y más tiende a negar la realidad. Cuanto más secundaria es una defensa, más pertenece a épocas tardías del desarrollo y más suele preservar el criterio de realidad.

Racionalización:  Mecanismo en el cual el sujeto intenta justificar una conducta o situación, atribuyéndola a motivos lógicos o admirables.

Desplazamiento:  Mecanismo en el cual el sujeto redirige la emoción causante de malestar hacia una representación o persona.

Formación Reactiva: Implica comportarse de manera opuesta a los sentimientos reales del individuo.

Negación: Esfuerzo inconsciente por suprimir una realidad desagradable, implica el reconocimiento de la realidad.

Represión: Es el rechazo de un elemento que ingresa a la conciencia hacia el inconsciente y permanece inconsciente. Este elemento desde el inconsciente pugnara por expresarse, por ganarse acceso a la conciencia.

Regresión: Este mecanismo genera un retroceso a un nivel evolutivo, en el que se usan de patrones antiguos que permitieron la resolución de conflictos en una etapa previa.

Proyección: Atribución de pensamientos, sentimientos, conductas y motivos no aceptables propios hacia otras personas.

Introyección: Comprende la adquisición o atribución de características de otra persona como si fueran de uno.

Sublimación: Desplazamiento de la dirección del objeto instintivo hacia un valor social más elevado, presupone la aprobación o el conocimiento de tales valores, la existencia del superyó.

lunes, 8 de marzo de 2021

Mecanismos de Defensa


Los mecanismos de defensa constituyen parte de los conceptos más importantes de la teoría del psicoanálisis surgida a partir de las obras de Sigmund Freud.

Se trata de una serie de procesos psicológicos que, hipotéticamente, regularían el modo en el que los contenidos de lo inconsciente se manifiestan en nuestra consciencia y en nuestros comportamientos.

Son aquellos mecanismos, principalmente inconscientes, que los individuos emplean para defenderse de emociones o pensamientos que producirían ansiedad, sentimientos depresivos o una herida en la autoestima si llegasen a la consciencia.

Todos los mecanismos de defensa requieren una cierta inversión de energía y pueden ser satisfactorios o no en el cese de la ansiedad, lo que permite dividirlos en dos grupos: los mecanismos de defensa exitosos y los ineficaces. Los exitosos son aquellos que logran disminuir la ansiedad ante algo que es peligroso. Los ineficaces son aquellos que no logran disminuir la ansiedad y terminan siendo un ciclo de repeticiones. En este último grupo se encuentran, por ejemplo, las neurosis y otras defensas patógenas.


viernes, 5 de marzo de 2021

Terapia de Duelo



La terapia de duelo hace referencia a la forma de psicoterapia; ayuda a un individuo a enfrentar y superar una pérdida, principalmente de un ser querido, de una manera saludable.


El objetivo de la terapia de duelo

El propósito de la terapia de duelo es ayudar a restablecer el equilibrio emocional de los pacientes a través del proceso de asesoramiento psicológico en el que se trabajan los sentimientos, pensamientos y recuerdos asociados con la pérdida de un ser querido. Aunque el duelo puede ocurrir también para otros tipos de pérdida (como la pérdida de objetivos vitales, ideales y relaciones), esta terapia generalmente se dirige hacia un ajuste positivo después de la muerte de un ser querido.

La terapia de duelo permite al paciente entender y reconocer los aspectos normales del proceso de duelo, le ayuda a hacer frente al dolor asociado con la pérdida, a sentirse apoyado en un momento tan delicado y de importantes cambios en su vida y a desarrollar estrategias para poder superar esta situación de manera saludable.

Las metas fundamentales de esta terapia serían, por tanto, las siguientes:

  • Facilitar la expresión de sentimientos y experiencias en relación con la persona fallecida. En muchas ocasiones, la persona ha guardado silencio y no le ha puesto palabras a lo que sentía o pensaba, dificultando la superación de la muerte.
  • Dialogar sobre las circunstancias que llevaron a la muerte. Muchas veces, por el tipo de muerte que se ha producido (suicidio, atentado terrorista, etc.), el duelo se vuelve más doloroso. Hablar sobre ello facilitará la asimilación y la aceptación.

Intervención en duelo: a propósito de un caso

 Sesión clínica


miércoles, 3 de marzo de 2021

Fases del Duelo

 


La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross identifica cinco estadios que tienen lugar, en mayor o menor grado, siempre que sufrimos una pérdida. Aunque pueden darse sucesivamente, no siempre tiene por qué ser así. Cada proceso, como cada persona, es único.

1. Negación


La negación es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones. Se puede manifestar con expresiones tales como: “aún no me creo que sea verdad”, “es como si estuviera viviendo una pesadilla” e incluso con actitudes de aparente “entereza emocional” o de actuar “como si no hubiera pasado nada”.

2. Ira


A menudo, el primer contacto con las emociones tras la negación puede ser en forma de ira. Se activan sentimientos de frustración y de impotencia que pueden acabar en atribuir la responsabilidad de una pérdida irremediable a un tercero. En casos extremos, las personas no pueden ir elaborando el duelo porque quedan atrapadas en una reclamación continua que les impide despedirse adecuadamente del objeto amado.

3. Negociación


La negación es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida. No es infrecuente que, cuando experimentamos una pérdida súbita, tengamos una sensación de irrealidad o de incredulidad que puede verse acompañada de una congelación de las emociones. Se puede manifestar con expresiones tales como: “aún no me creo que sea verdad”, “es como si estuviera viviendo una pesadilla” e incluso con actitudes de aparente “entereza emocional” o de actuar “como si no hubiera pasado nada”.

4. Depresión

A medida que avanza el proceso de duelo y se va asumiendo la realidad de la pérdida, se comienza a contactar con lo que implica emocionalmente la ausencia, lo que se manifiesta de diversos modos: pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida de interés por lo cotidiano. Aunque se denomina a esta fase “depresión”, sería más correcto denominarla “pena” o “tristeza”, perdiendo así la connotación de que se trata de algo patológico. De algún modo, sólo doliéndonos de la pérdida puede empezar el camino para seguir viviendo a pesar de ella.

5. Aceptación


Supone la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos inherentes a la vida humana. Se podría aplicar la metáfora de una herida que acaba cicatrizando, lo que no implica dejar de recordar sino poder seguir viviendo con ello.

Aunque el duelo es un proceso personal, también es importante su vertiente social. Todas las culturas han ido desarrollando formas de canalizar ese dolor a través de los lazos comunitarios (compartir el dolor con los otros) y con elaboraciones simbólicas que a menudo dan un sentido trascendente a la pérdida.

¿Cuándo pedir ayuda especializada?

El duelo es parte de la vida y, por tanto, es importante no patologizarlo. No obstante, a veces puede acabar complicándose, de manera que la persona queda atrapada en ese dolor que le impide seguir adelante. Puede ocurrir de muchas formas: 

a) Cuadros depresivos intensos o cronificados; 

b) Conductas de huida de las emociones que el duelo genera a través del uso de alcohol u otras drogas;

 c) Reaparición en una pérdida presente de emociones y sentimientos de un duelo no resuelto en el pasado;

d) Presencia de fantasías de reunirse con el ser querido buscando la muerte de forma pasiva o activa.

 


Cuando el duelo se complica, es importante pedir ayuda al entorno y, si es preciso, recabar la ayuda de los profesionales de salud mental.


Cartografía de una Perdida


 

martes, 2 de marzo de 2021

Perdidas y Duelo

 Tipos de pérdidas

Puesto que la etapa de duelo no necesariamente tiene que ocurrir por la pérdida de un ser querido, antes de pasar a los tipos de duelo vamos a pasar a las diferentes clases de pérdidas que pueden ocurrir:

Pérdidas relacionales: Tienen que ver con las pérdidas de personas. Es decir, separaciones, divorcio, muerte de seres queridos, etc.

Pérdidas de capacidades: Ocurre cuando un individuo pierde capacidades físicas y/o mentales. Por ejemplo, por una amputación de un miembro.

Pérdidas materiales: Se da ante las pérdidas de objetos, posesiones y, en definitiva, pérdidas materiales.

Pérdidas evolutivas: Son los cambios de las etapas de la vida: vejez, jubilación, etc. No todo el mundo encaja igual esta situación.

No todas las pérdidas generan duelo, sin embargo, dependiendo de los recursos u otras variables psicológicas (como la autoestima o falta de habilidades sociales) de cada uno, las pérdidas pueden provocar malestar y sufrimiento durante más o menos tiempo.

lunes, 1 de marzo de 2021

Duelo

 ¿Qué es el duelo?




En líneas generales el proceso de duelo se define como el proceso normal y necesario de adaptación a una pérdida. La pérdida puede ser ampliamente entendida como pérdida de un ser querido, una ruptura sentimental, pérdida de empleo o de rol, etc.

El duelo es un proceso

La primera acepción de “Proceso” en el diccionario de la Real Academia de la Lengua es “Acción de ir hacia adelante”. El proceso de duelo es un proceso cambiante, con subidas y bajadas, pero que, como su definición indica, siempre va hacia adelante e implica movimiento y acción.

Una parte importante de la resolución del duelo pasa por que el doliente tome parte activa en él, es decir, es una cuestión de decisión y de que la persona afectada se haga responsable de su proceso. El tiempo ayuda a poner distancia con el hecho en sí, a adquirir perspectiva, reflexionar y dolerse. Sin embargo, el tiempo no es curativo en sí mismo: lo curativo es lo que el doliente hace y se permite sentir durante ese periodo.

En este sentido, el deudo puede elegir sobre “cómo” resolver el duelo, es decir: cómo afrontar el vacío de la pérdida, como resolver la duda de qué hacer con las pertenencias del fallecido, permitirse dejar sentir el dolor o no, pedir ayuda o no. Sigmund Freud lo definía como “el trabajo del duelo” en referencia a la parte activa -de acción y compromiso- que conlleva la resolución y afrontamiento de este proceso.

Iniciamos Marzo!

Un nuevo mes, nuevos retos y energía para cumplir las metas.


Recuerda que la salud mental es uno de los ejes principales del bienestar personal, cuando sientas que ya no puedes con fuerzas propias, PIDE AYUDA

Reconocer que necesitamos ayuda, es el primer paso hacia el bienestar emocional.