La
buena noticia es que la autoestima no es fija, la podemos cambiar y
transformar. En la vida adulta tú eres el encargado de esa actitud sobre ti
mismo que se ve reflejada en los pensamientos, sentimientos y comportamientos
hacia ti. Una vez tomes consciencia de ello, es bueno que sepas que esa forma
de sentir, actuar y pensar se puede cambiar. A continuación mostramos algunas
claves que pueden ayudarte a conseguir este logro:
- No te
compares con otras personas porque cada persona es distinta. No te tomes tan
a pecho los comentarios negativos de personas que no te conocen, al fin y
al cabo, no te conocen y no saben quién eres. Practica la auto-superación.
El objetivo es superarme a mi mismo/a cada día, no a los demás.
- No
confundas autoestima con ser arrogante o egoísta. Tener autoestima te
sitúa en un punto en el que aceptas y comprendes que cada persona es un
mundo. Otra cosa muy distinta es pensar que eres superior o inferior a los
demás, eso no es autoestima y ni mucho menos, saludable. Tú vales y punto.
Y además, la persona que más valía tiene en el mundo para ti, eres tú
mismo/a. Al fin y al cabo, tú eres la única persona que estás contigo
mismo/a las 24 horas del día.
- Identifica
tus miedos, tus errores y haz frente a ellos. Todos comentemos errores, lo
importante es ponerle solución y aprender de ellos.
- Aprende a
decir NO, a expresar tus opiniones y tus deseos sin miedo, siempre desde
un lenguaje claro y sin ofender a la otra persona con la que hablas.