1.
El amor todo lo puede. A pesar de la tentación que supone creerlo al verlo
escrito, la idea de que si hay amor en relación este es garantía suficiente
para superar cualquier problema, es absurda. Este mito funciona también en
sentido contrario, llevando a pensar que si hay problemas no hay amor.
Esta
creencia lleva a pensar que en las relaciones consideradas como perfectas, las
personas no tienen ningún tipo de conflicto entre ellas, y que el respeto, la
confianza y la comunicación vienen de serie junto con el amor.
Las
posibles consecuencias de este mito son en primer término, rupturas precoces o
innecesarias al no buscar soluciones a problemas concretos, y una consecuencia
todavía más dañina para la persona y es que este soporte cualquier tipo de
situación perjudicial o de vejación en aras del amor, porque este todo lo cura
y todo lo puede.
2.
El amor a primera vista. Esta superstición abarca desde la creencia en el
flechazo hasta la idea de que el azar interfiere de alguna manera para
propiciar un encuentro entre dos personas destinadas a estar juntas.
De
todas formas, aunque la existencia de una poderosa afinidad o atracción
facilite el inicio de cualquier relación, la creencia en esta atracción tan
potente lleva a la persona a no poder percibir la realidad claramente, o
incluso ver aquello que verdaderamente no existe.
Finalmente,
este mito lleva a las personas a ignorar relaciones con un potencial
enriquecedor muy alto porque no se han iniciado con una coincidencia
apasionada, o por otra parte, interpretar esta “pasionalidad” ardiente como una
prueba de amor.
3.
La media naranja. La ansiada y perseguida media naranja. El paradigma que
engloba este mito es el de que solamente existe una persona a lo largo y ancho
del mundo que es ideal para cada uno.
El
principal conflicto con esta creencia es la frustración que puede llegar a
generar cuando es interiorizada como un patrón rígido. Llevando a la persona a
aferrarse a un vínculo solamente por pensar que nunca jamás va a encontrar a
otro ser tan perfecto para ella y, además, a pensar que tras una ruptura se
terminaron las posibilidades.
Asimismo,
si se tiene en consideración que el concepto de perfección es un ideal puro, es
prácticamente imposible que nadie encaje en aquellos esquemas que imagine la
persona. La búsqueda puede resultar, si cabe, aún más desalentadora.
Los efectos de estas afirmaciones son innumerables, y en la gran mayoría de los casos negativos; siendo la más importante la de originar una obsesión por hallar a otra a persona para comenzar a vivir, a realizar los sueños o incluso para empezar a ser feliz.
5. La plena compenetración sexual es prueba irrefutable de amor. Este mito camina un poco de la mano con el del amor a primera vista. En él la persona cree firmemente que si su amor es verdadero las relaciones sexuales siempre serán asombrosamente buenas.
Es
cierto que una vida sexual sana y plena es importante en el desarrollo de una
relación, pero ni el amor es garantía de esto, ni el buen sexo es garantía de
amor. Es absolutamente necesario conocer, tanto el propio cuerpo como el de la
otra persona, y trabajar la sexualidad igual que se trabaja cualquier otro
aspecto de la relación.
6.
Cuando se está enamorado no es posible sentir atracción por otra persona. Sin
embargo, en este punto la realidad es muy diferente. Partiendo de la idea de
que el amor no paraliza la disposición a sentirse atraído por otros y de que la
fidelidad es un constructo social, en el cual es la propia pareja la que decide
qué tipo de compromiso quiere adquirir; es muy común experimentar algún tipo de
afinidad con otras personas sin que esto signifique que ya no se quiera a la
pareja, quedando en manos de la propia persona establecer los límites de esta
atracción.
Los
celos simplemente son una demostración del temor a perder aquello que se
percibe como una posesión, es decir la otra persona.
Rompe los los mitos del amor romántico.