Efecto psicológico de los vídeojuegos en los
niños.
En algunos estudios se asocia el exceso de
juego con efectos sociales y psicológicos negativos, como el aislamiento y la
agresividad; mientras que en otros se asocia con el aprendizaje y reaprendizaje
motor y la tenacidad para enfrentar situaciones de la vida real.
¿Nos hacen violentos los videojuegos?
Psicólogos creen que sí, según un informe de la Asociación Americana de Psicología (APA),
existe un vínculo entre los
videojuegos de contenido violento y el aumento de la agresividad en
las personas. Esta investigación asegura que hay "pruebas
suficientes" para afirmar que este tipo de juegos pueden llevar a la gente
a realizar actos delictivos.
"La
investigación demuestra que existe
relación entre el uso de videojuegos violentos y el aumento de la agresividad en
las personas", concluye el informe.
¿Cuáles son los daños que causan los videojuegos?
La adicción a
los videojuegos puede
afectar a los individuos a nivel biológico, personal y social, pues el adicto
puede presentar daño neuronal,
obesidad, depresión, bajo rendimiento académico y aislamiento, advirtió hoy un
especialista.
Así afectan los
videojuegos a tu cuerpo y cerebro
Todas las aficiones, incluso aquellas que se
han ganado la fama de saludables, pueden acarrear una serie de efectos adversos
para nuestro cuerpo y/o mente siempre que no se practiquen con responsabilidad.
Con los videojuegos ocurre lo mismo. Pueden convertirse en nuestros peores
enemigos o en grandes aliados de nuestra salud. Que sea una cosa u otra depende
del jugador.
Adicción, estrés, comportamientos antisociales, vista cansada, problemas
de oído, lesiones, dolores de espalda… son solo algunos de los conceptos que suelen
ir asociados a la palabra “videojuegos”. De
hecho, la Organización Mundial de la Salud ha
añadido el "desorden por videojuegos" a
la lista de problemas mentales. Y en un estudio de la American Psychological Association se
afirma que la gente que juega a videojuegos violentos es un poco más propensa a
una conducta agresiva.
Con este panorama no es de extrañar que algunos padres prohíban a sus
hijos que se aficionen, o descubran siquiera, el mundo de los
videojuegos. El temor a que
se “enganchen” a una práctica que pueda alterar su buen
comportamiento, que les distraiga de los estudios e incluso les aparte de la
vida social suele ser el principal motivo por el que no quieren que sus hijos
practiquen esta afición.
Pero considerar a los videojuegos como algo perjudicial es tener solo en
cuenta la información parcial y sesgada que existe en torno a esta afición. Lo
cierto es que, si se siguen las
pautas adecuadas, los videojuegos pueden convertirse en una forma de
entretenimiento muy positiva para cuerpo y cerebro.