Las
personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la
realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene
sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar.
Además,
presentan las siguientes habilidades:
• Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.
•
Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden
permanecer centrados en situaciones de crisis.
•
Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.
•
Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien,
tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso
de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.
•
Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.
•
Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de
los demás y conectar con ellas.
•
Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más
éxito y satisfacción en sus vidas.