miércoles, 25 de noviembre de 2020

MARCO NORMATIVO NACIONAL

La violencia intrafamiliar, por su parte, se define como todo acto, conducta o sentimiento que uno o más miembros de la familia provoca hacia otros, causándoles daño, sufrimiento o destrucción a sus bienes. Ésta se da en el seno de la familia, entre esposos, compañeros de hogar, de padres a hijos, de hijos a padres, de nietos a abuelos, etc. La misma puede ser violencia física, psicológica, sexual y patrimonial.

Honduras se destaca por ser un país en donde los movimientos de mujeres han logrado impulsar con éxito el desarrollo de una legislación contra la violencia hacia las mujeres. Como resultado de la incidencia política de la última década, se logró importantes progresos hacia la igualdad de género y la protección de los derechos de las mujeres, con base en la adopción y ratificación de tratados y convenios internacionales que promueven los derechos de las mujeres.

Asimismo, se crearon marcos normativos nacionales de segunda generación, como la Ley Especial Contra la Violencia Doméstica, la Política Nacional de la Mujer y el II Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras 2010-202210; éstos desarrollan el derecho constitucional de igualdad y el derecho a una vida libre de violencia para las mujeres. Fue hasta el 2013 cuando el Congreso Nacional de la República aprobó la incorporación de la figura de femicidio en el Código Penal, con una pena de 30 a 40 años de prisión. Al año siguiente, el Consejo de Ministros aprobó el Plan Nacional contra la Violencia hacia la mujer 2014-2022.

La Ley Contra la Violencia Doméstica es de carácter preventivo, procurando la protección de la mujer frente a actos de violencia de su pareja o expareja. Ésta ley define los distintos tipos de violencia, crea un procedimiento especial y expedito para estos casos y designa el papel que desempeña la Policía Nacional, MP, Juzgados, Centros de Salud y Organizaciones Civiles.

Con las reformas aprobadas se introdujeron significativos avances en la Ley, entre ellos, la introducción de mecanismos de coordinación y seguimiento, el aumento del período de imposición de las sanciones y la responsabilidad de las instituciones del Estado de contribuir a prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.

La violencia contra las mujeres por parte de los hombres es un “continuum” de terror que violenta sus derechos e incluye una serie de abusos verbales y físicos para someter, forzar, negar, controlar, dominar y decidir sobre su salud sexual y reproductiva, su educación, sus opciones, su libertad, su integridad y su vida12. Ese “continuum” pasa de la violencia doméstica a la violencia intrafamiliar y a la violencia social.

Estudios en varios países de Latinoamérica revelan que la muerte violenta de mujeres producidas por su pareja o ex pareja es precedida de años de violencia, de maltrato físico y psicológico, de subordinación y de falta de protección por parte del Estado y de las instituciones responsables de velar por los derechos de las mujeres.

“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”.



 






EN BÚSQUEDA DE LA JUSTICIA


VIOLENCIA DOMÉSTICA EN HONDURAS

“Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado”.

“La violencia doméstica es cualquier tipo de agresión física, psicológica, sexual, patrimonial o económica, que cause dolor, pena, sufrimiento y humillación a la mujer de parte de su compañero o excompañero de hogar, novio o padre de sus hijos”.

“Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”.

“Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo”.

CONTEXTO

En el ámbito de la igualdad de género y la violencia contra la mujer –a pesar de los avances en materia legal, institucional y de políticas que reflejan la intención del Estado hondureño de cumplir con su obligación de debido proceso– la impunidad de los delitos, las disparidades socioeconómicas y la cultura machista siguen fomentando un estado generalizado de violencia en contra de los derechos de la mujer.

 Cada año se estima que unas 20,000 a 25,000 mujeres denuncian casos de violencia doméstica. Las organizaciones de mujeres afirman que el nivel de impunidad en los casos de violencia, femicidios y violencia doméstica continúa en un alarmante 96%.

La Dirección Nacional de Ciudad Mujer en Tegucigalpa reportó que en este centro atendieron 43,834 casos relacionados con la violencia contra la mujer en apenas 14 meses a partir de enero 2017.

En el plano jurídico o legal que protege los derechos humanos de las mujeres se han aprobado diversas leyes que buscan la igualdad y equidad de género, así como prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer. Entre las más importantes se encuentran la Política Nacional de la Mujer, que contiene el “II Plan de Igualdad y Equidad de Género de Honduras”; la Ley Contra la Violencia Doméstica (Decreto No. 132-97 y sus reformas aprobadas por medio del Decreto No. 250-2005); la Ley de Igualdad de Oportunidades para la Mujer (Decreto 34-2000); el Decreto 23-2013, en que se introdujo la figura del femicidio; y el Plan Nacional contra la Violencia hacia la Mujer 2014-2022.

Cabe mencionar que Honduras es signataria de diversos tratados, convenciones, y otros instrumentos internacionales que protegen los derechos de las mujeres, incluyendo la Convención Para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW); la Convención Interamericana Para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (Convención Belém do Pará); la Convención Americana sobre la Desaparición Forzada de Personas (1994); la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (1987); y, la Convención Interamericana sobre Tráfico Internacional de Menores (1994).



Empeora la situación de las mujeres con discapacidad.


Debido a la pandemia del Covid-19, la situación ha empeorado notablemente. Algunas situaciones de desventaja social, ya existentes en las mujeres y niñas con discapacidad, se han visto fuertemente intensificadas. Las restricciones a la libertad de circulación, la obligación de permanecer en el domicilio junto con sus agresores; la dificultad de acceder a muchos recursos de apoyo, la brecha digital especialmente en zonas rurales; la pérdida de medios de subsistencia económica derivada de la precariedad laboral, la falta de credibilidad en sus demandas; la infantilización, así como la dificultad en el acceso a redes formales e informales de apoyo; entre otras circunstancias, se han intensificado en este año.

El informe del Fondo de las Naciones Unidas en Materia de Población (UNFPA); sobre Impacto de la pandemia Covid-19 en la planificación familiar y poner fin a la violencia de género; pone de manifiesto que la pandemia está aumentando el riesgo de las niñas de contraer matrimonio infantil debido al cierre de las escuelas; que ha aumentado el riesgo de violencia, de embarazos en la adolescencia y de inseguridad alimentaria y financiera.

Según las estimaciones del UNFPA, se pueden esperar 31 millones de casos adicionales de violencia de género este año. Además, 47 millones de mujeres y niñas en todo el mundo perderán acceso a los métodos anticonceptivos modernos. Esto ocasionará 7 millones más de embarazos no deseados. Así mismo, concluyen que es probable que la pandemia de Covid-19 provoque una reducción de un tercio en el progreso hacia el fin de la violencia de género.





Escasas investigaciones a nivel nacional


La violencia contra mujeres y niñas es una violación grabe de los derechos humanos. Su impacto puede ser inmediato como de largo alcance, e incluye múltiples consecuencias, físicas, sexuales, psicológicas, e incluso mortales, para mujeres y niñas. Afecta negativamente el bienestar de las mujeres e impide su plena participación en la sociedad. A demás de tener consecuencias negativas para las mujeres, la violencia también impacta su familia, comunidad y el país. Los altos costos asociados que comprenden desde un aumento en gasto de atención de salud y servicios jurídicos a pérdidas de productividad, impactan en presupuestos públicos nacionales y representan un obstáculo al desarrollo.

Por otro lado, las investigaciones a nivel nacional sobre violencia machista son escasas y las mujeres y niñas con discapacidad suelen estar infrarrepresentadas de modo que las conclusiones tampoco reflejan la realidad que viven y los efectos que la violencia tiene en sus vidas.

La Macro encuesta de Violencia contra la Mujer 2019 publicada recientemente por la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género incorpora datos recogidos de un total de 9.568 mujeres. De las cuales, únicamente el 5,8% fueron mujeres con discapacidad. Por lo tanto, algunas conclusiones del informe final contienen sesgos importantes.

El informe concluye, por ejemplo; que las mujeres con discapacidad acreditada denuncian situaciones de violencia y buscan ayuda formal en mayor medida que las mujeres sin discapacidad. Sin embargo, según el Informe de Detección de situaciones de violencia a mujeres con discapacidad publicada el año pasado por CEMUDIS; el 72,9% de las encuestadas afirmaron que no habían denunciado nunca situaciones de violencia ante una entidad o institución.

Esta constante invisibilizarían de las mujeres y niñas con discapacidad incrementa precisamente el riesgo de vulneración de sus derechos y las expone de forma exponencial a vivir situaciones de violencia.


Por qué el 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer


Hoy, 25 de noviembre de 2020, se celebra el Día Internacional contra la Violencia de Género, una jornada dedicada a hacer hincapié en los distintos tipos de violencia que sufren miles de mujeres de todo el mundo.

El día conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal en 1960, conocidas como 'las mariposas'. Patria, Minerva y María Teresa fueron tres activistas dominicanas que fundaron el grupo de extrema izquierda 14 de junio. El objetivo de las hermanas Mirabal era hacer frente al dictador Rafael Leónidas Trujillo.

El 25 de noviembre de 1960, las tres volvían a casa cuando fueron secuestradas y asesinadas por orden de Trujillo. Su asesinato desencadenó decenas de protestas que las convirtieron en todo un símbolo de la lucha de la violencia contra la mujer.

Aunque no fue hasta el año 2000cuando la ONU declaró oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Una conmemoración que persigue llamar la atención sobre la desigualdad, la discriminación, los feticidios y las distintas formas de violencia machista además de reclamar políticas para prevenirla.